La Problematica Parte II

LA PROBLEMATICA

Parte II

Segunda parte de mi historia

Decidimos ir a un lugar especializado en Fertilidad, a que me hicieran un InVitro.  Después de mucho análisis, investigación, y pláticas con los diferentes médicos, decidimos ir a Clínica Santa María.   Principalmente decidimos este lugar debido a que el doctor nos inspiró mucha confianza, como decimos en el buen chapín fue un pan de Dios y el sentimiento fue mutuo con mi esposo, así que decidimos que ese era el lugar.

Cuando llegamos empezamos con la historia clínica, le conté lo que me había pasado y lo que ya habíamos tratado con el ginecólogo y porque me había referido a un lugar de fertilidad.  Me examino, hizo ultrasonido, me pesó y pues, el panorama que se veía era muy sencillo.  Ya que miraba que podía quedar embarazada muy fácil debido a mí edad y mi historia clínica; algo que no miraba muy complicado. 

Otra razón por la que decidimos entrar a la clínica, fue por un programa de bajo costo, el cual nos salió mucho más económico que en otros lugares, ya que este es un tratamiento poco accesible. La diferencia era que nosotros teníamos que ir directamente a la farmacéutica a recoger las plumillas (así se le dice al dispositivo especial con el medicamento ya dentro de la jeringa).  Así que decidimos empezar, mandándome hacer exámenes de laboratorio, ver que todo estuviera bien y listo.

Fue una experiencia diferente, aunque muy dolorosa, empezamos el tratamiento y todas las mañanas debía de inyectarme una dosis durante ciertos días, (no recuerdo muy bien cuantos días fueron).  Cuando terminamos la inyección y fuimos a la primera cita de control con el Doctor, ¡estaba Ovulando!!! eso quería decir que íbamos por buen camino, pero mis óvulos no estaban del tamaño que el doctor quería o deberían de estar.  Así que subimos la dosis para ver qué pasaba (Si se aumenta mucho la dosis puede haber una sobre estimulación).  Al par de días cuando volvimos recibimos la noticia que los óvulos estaba mucho mejor y en unos días podíamos empezar la aspiración de óvulos para fecundación.  Cuando regresamos con el doctor, sorpresa… no había ningún ovulo, ni uno SOLO.  Fue un golpe bien duro, el dolor diario de las inyecciones no es nada con el sentimiento emocional que lo destruye a uno como persona, como pareja. 

Así que nos tocó esperar dos meses para continuar con el procedimiento, el primer mes para que mi sistema descansara y sacara todo lo que me había inyectado, y en el segundo mes volvimos a empezar, solo que esta vez adicionalmente me inyectaron otra cosa, esa me la tenía que inyectar alguien porque era en la nalguita, mientras que las otras me las inyectaba yo en el vientre cerca del ombligo.  Así que mi esposo aprendió a inyectar, (debo ser sincera y decir que si me dolía pero con el amor que él lo hacía, respiraba y se me pasaba).  

La segunda vez, logramos los óvulos, tuvimos 16 óvulos buenos así que empezaría la unión de los espermatozoides con mis óvulos, para después realizar la colocación de ellos dentro de mí.

Todo marchaba bien, estábamos muy contentos y a las dos semanas empezamos la transferencia de los óvulos. 

Día de la transferencia

Ese día fue un día de mucha ilusión, empezábamos con un sueño que al fin podía hacerse realidad, con la esperanza y con mucha Fe de que ese día iba a ocurrir un milagro en el nombre de Dios.  Muy ilusionados, con mi esposo y la compañía de mis papás que siempre han estado en este proceso, fuimos a la clínica a realizar el procedimiento.

  

Así que todo salió bien y fui a descansar a mi casa ya que debía de estar en reposo por 3 días.

Luego de dos semanas, regresamos a la clínica para el resultado de la prueba de embarazo.  Debo decir que realmente esto que nos pasó como pareja, nos ha unido más y más, Luis siempre ha estado conmigo en las consultas, en todos los exámenes, laboratorios, siempre a la par mía. Digo esto porque ese día que fuimos nos extrañó mucho ver como la pareja antes de nosotros entro sola a sacarse sangre y su esposo se quedó afuera esperándola.   Eso fue una situación que nos extrañó a ambos, aunque es difícil, cada pareja lo toma de diferente manera, he escuchado que hay parejas que llegan a separarse por estos temas, pero le doy gracias a Dios por el hombre que Él destinó para mí.  El hombre que me ha demostrado que está conmigo en las buenas y en las malas, que sus problemas son los míos y mis problemas son de él también, gracias por el solo hecho de estar allí a la par mía, tomando mi mano y acompañándome en este camino de esperándote con brazos abiertos.   Justo ese día estaba allí, a la par mía, recuerdo que estábamos súper nerviosos por el resultado de la prueba de sangre y llego la hora de entrar con el doctor, solo entramos y nos dio la gran noticia, estábamos embarazado!!!

  

Realmente fue algo sorprendente, un sueño hecho realidad, así que dimos la noticia únicamente a nuestra familia debido al riesgo que sabíamos que teníamos y todo muy bonito.  A las siguientes dos semanas fuimos al primer ultrasonido, de dos óvulos que me transfirieron, pego uno.  Así que sabíamos que tendríamos a un bebé y el embarazo iba bien.

Al próximo ultrasonido que fue dos semanas después, el bebé ya no había crecido, pero aun escuchamos los latidos del corazón, estaban lentos, muy lentos, pero tenía latidos.  Ese día el doctor nos dijo que el embarazo había terminado, pero que él estaba obligado a vernos una semana más debido a que había latidos.   Se imaginan yo Esperándote con brazos abiertos y que me digan anda a tu casa y espera una semana más porque ya termino tu sueño de ser mamá, tu lucha, tu ilusión, fue un golpe muy duro, en ese momento no lo entendí, para mí el doctor fue muy cruel en darme esa noticia, pero saben, ahora comprendo que él como médico le estaba diciendo la verdad a su paciente, no me engaño en ningún momento y salimos de la consulta muy tristes.

Y fue así que me entramos a lo que le llamamos la cuna vacía, un dolor terrible que no lo deseo a nadie.   Ya paso más de un año de esto, pero de verdad, hasta el día de hoy,  es un dolor que solo el que ha pasado por esto me entenderá.  Serán días que yo recordaré por el resto de mi vida, pero esto no me limita a quedarme allí, me impulsa a que siga adelante luchando por mi sueño de ser Mamá, a seguir en oración de rodillas para el día en que Dios diga: tu espera terminó.  Mientras tanto seguiremos Esperándote con Brazos Abiertos.